martes, 30 de noviembre de 2010

Regalos de Navidad anticipados


Este mes me he adentrado un poco más en el mundo adulto yendo a mis primeras entrevistas de trabajo. Ofertas de largas jornadas y poco dinero, pero es lo que hay si es la primera vez que buscas empleo y no tienes experiencia. Llamadas, entrevistas y espera a que te llamemos, pero esa llamada nunca llega.

Este mes, sí que sí. Tras esperar mucho tiempo (y es que el año pasado se me olvidó ir), me fui rauda a la mayor exposición anual de minerales de mi comunidad. Sola, porque nadie, por mucho que me quiera, aguanta tantas horas viendo pedruscos. Puro placer intelectual. Se notó la crisis en el sector; la mitad de la exposición era de stands de bisutería y demás joyería de mercadillo, y las buenas piezas estaban arrinconadas en la otra mitad del Salón. Pero la crisis no pudo pararme y me compré un par de piezas.

Tienes a los amigos que te llaman a la mínima, cuando saben que algo te va bien para felicitarte, cuando estás a la espera de algo, para animarte y cuando estás triste, para consolarte. Y una se siente extraña por el exceso de preocupación, porque nunca nadie se ha preocupado por ella y a la vez sabe que lo merece como cualquier otro porque no es más mala que nadie.

Y sigo intentando avanzar en el complicado mundo de las relaciones sentimentales, con escaso éxito hasta ahora (y cometiendo algún que otro error), pero con una ligera esperanza, visto que últimamente parece que me he encontrado con un compañero al que, según sus propias palabras, le encanta compartir experiencias conmigo. Y me vuelvo a sentir extraña por ello.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Octubre... y haciendo amistades.


Este mes fueron las fiestas de mi pueblo. Cutres, sí, pero aun así, fui (es lo que tiene tener amigas fiesteras). Pero como no hace falta beber para pasarlo bien, pues no lo hice.

Bueno, esta vez sí que sí. Tras algunos meses de alegrías y también incomodidades, terminó una relación que ya estaba acabada. Siempre duele, aunque fuera una de esas que sabes que no te va a durar toda la vida (como ya me dijeron sabiamente, no se puede pretender buscar la estabilidad definitiva a los diecinueve). Que nos continuamos viendo, sí, pero no tanto. Por lo menos quedó todo más o menos bien.

Este mes he salido más, y no de juerga, sino con unos conocidos que han acabado siendo mis amigos, y alguno, incluso, algo más (voy muy rápido, sí, y aún no había terminado de recuperarme de la anterior relación, pero es lo que tiene tenerle miedo a la soledad y ilusionarte por la primera persona que te hace ojitos. Malditos proyectos sentimentales).

Aunque sólo sea una vez al mes, cambiar de aires trae cositas buenas, y cosas no tan buenas, como mis primeras lagunas mentales. Que son típicas en una noche de alcohol, pero que luego no sabes lo que has hecho y cuando te lo cuentan, te sorprendes y escandalizas (Nota: nunca pruebes el pacharán).

Sigo teniendo problemas para entender a los demás a nivel sentimental; veo cosas donde no las hay, me invento historias que cuadren en mi cabeza, y cuando hay señales verdaderas, no las veo.

Esto de ser olvidadiza y no acordarme de actualizar, hace que me deje muchas cosas en el tintero, pero básicamente, mi mes ha sido esto que he contado.

martes, 26 de octubre de 2010

Septiembre ...y algo más (¿mes improductivo?)


La verdad es que no recuerdo demasiado bien lo que hice durante este mes. Empecé un curso de cetáceos; eso significa que salí un poco más que en agosto. Conocí a mis compañeras de curso, pero mi incapacidad para relacionarme ha hecho que casi no haya hablado con ellas, sólo para cruzar breves palabras de saludo o despedida. Mis relaciones tampoco fueron a mejor; la cosa se estaba deteriorando y no había marcha atrás; el final era inevitable (cómo me gusta sobreactuar). Pero eso sucedió en octubre, así que no toca en esta entrada hablar sobre ello. También tuve un encuentro muy agradable con los conocidos de un foro en el que cumplí ya tres años de estancia. Una cenita, comida con algunos ausentes y otra cena a la que me tuvieron que invitar (cosa de mi miserable vida de paupérrima). Voy a pocos eventos sociales (ya se entiende que no voy a cenas de gala, no me dejarían entrar, si no que quedo con los amigos) y, por lo tanto, cuando voy a uno y veo que la gente me escucha, me siento un poco mejor. Sigo yendo a la reunión mensual de charla en latín. En septiembre creo que todo fue, sin más. En octubre sucedieron cosas que ya contaré. También me dio la locura de crearme una cuenta en Fotolog.com, donde voy contando mis cosas más detalladamente. Agradezco la estima (o compasión) que sienten por mí los que me leen y comentan.

Al contrario de lo que pensaba/esperaba en agosto, este mes no ha sido productivo ni ha hecho que abandone mi ermitañismo.

No sé por qué me autoproclamo 'la nueva Marcia', si soy la misma de siempre intentando ser alguien diferente con desastrosos resultados.

lunes, 30 de agosto de 2010

Agosto y la astenia (sueños, pensamientos raros y celebraciones varias).


Otro mes llega a su fin. Y el que viene no es un mes cualquiera, no, es septiembre. Empieza todo; el curso, el trabajo y, cómo no, el cansancio y el síndrome post-vacacional. Pero hablemos del mes de agosto. Mes por excelencia de las vacaciones y de las escapadas (quizás obligadas) al campo para visitar a la familia.
Para mí este mes que llega a su fin no significa lo mismo que para la mayoría de la gente; no me voy de vacaciones (quién se va ahora con los problemas económicos siendo, además, para mi desgracia, nini), así que, salvo contadas ocasiones en las que me he podido escapar para visitar a conocidos a la gran urbe (y fueron visitas muy gratas, por cierto) y la subida a la montaña de mi infancia para ver las lágrimas de San Lorenzo, he estado encerrada en mi casa, que últimamente más que un hogar parecía un hotel, con algunas visitas (en singular, pero pluralizo en un intento de no quedar mal), no diremos desagradables, pero sí de dificil trato. Y dado mi estado de ermitaña, me ha dado por pensar. Y mucho. Lejos del contacto humano, he tenido pensamientos, y qué decir, también sueños, un tanto raros. Y como tenía tanto tiempo para pensar, pues no dejaban de dar vueltas por mi cabeza y acababa desarrollando situaciones imposibles. También me dio por aumentar mi ya crecido ego haciéndome mil y una fotos para colgarlas en una red social. Espero recuperar la cordura ahora que llega septiembre.

lunes, 2 de agosto de 2010

El mes de las experiencias (encontrando mi vocación)

Julio ha sido el mes de las experiencias y de mi primer contacto con el mundo pseudolaboral. Este mes hice las horas de prácticas que me tocaban tras terminar el curso de monitora de tiempo libre.

Y qué decir que ha sido una grata experiencia. Una muy grata. Del 5 al 31 de julio, de 9 a 4.30, no era yo para mí misma, si no yo para alguien, me olvidaba de lo que podrían considerarse mis particulares miserias y pasaba a ser una persona totalmente diferente.

Durante estos días también cabe decir que puede ser que, al fin, haya encontrado mi vocación; la integración social, pues, al estar en contacto con tantos niños me di cuenta que con los que realmente conectaba era con los de centro de acogida. Niños con carencias afectivas que volcaban en ti todo el amor que ellos nunca habían recibido. Hace sentirte realmente querido, y eso es algo muy bonito.

A parte, he vivido alguna que otra experiencia nueva que me ha hecho aprender una nueva lección (que ha implicado la pérdida de mi móvil), pero que ahora no me apetece recordar.

sábado, 19 de junio de 2010

El fin de una etapa (¡soy bachiller!)


Qué mejor que estrenar el blog hablando sobre una fiesta. Y no una fiesta cualquiera. Tras 7 años (¡sí, 7 años verdaderamente largos!) me voy del instituto. Soy graduada en ESO y, finalmente (tras ''mucho'' esfuerzo, he aprobado el bendito trabajo que tenía pendiente), soy bachiller. Pues eso, hablando de fiestas... ayer se celebró la cena de despedida para los alumnos de 4º de ESO y 2º de bachillerato (ya, aún no entiendo porqué nos hicieron una fiesta conjunta), pero no estuvo nada mal después de todo. Hubo cena ''de gala'', eso sí, cara y escasa, pero lo mejor fueron los reencuentros con nuevos y viejos profesores. Me llevé una muy grata sorpresa al descubrir la silueta de un antiguo profesor al que aprecio mucho e incluso (aquí tenéis a una fóbica de las cámaras) me hice algunas fotos.

Tras la cena subieron a hablar algunos profesores y, para mi sorpresa, en nuestro discurso nombraron al grandísimo Saramago, fallecido ese mismo día (aún no me creo que haya muerto). ¡Qué honor!

Un poco de música, teatro y la entrega de las orlas (quién me manda a mí nacer con la V). Tras eso, la buena gente del ayuntamiento nos pidió amablemente que dejáramos libre el local, así que nos quedamos sin fiesta. Aunque tengo el consuelo de que me atreví a ''pedirle'' un vaso de vino a un profesor, vino que sólo sirvieron a los susodichos y a los padres. Mi acompañante-amiga y yo fuimos las únicas alumnas en probar gota de alcohol.



Y, por qué no, os dejo con el Gaudeamus igitur, que tantas clases nos hizo perder. Me lo dedico a mí misma (aunque no me haya licenciado) http://www.youtube.com/watch?v=dlq3867YR20